Uso responsable del condón evita riesgo de infecciones por vía sexual   

Su empleo correcto, combinado con otros métodos, previene embarazo adolescente y contagio de VIH, VPH, hepatitis B y C
Importante que adolescentes accedan a servicios de consejería en planificación familiar y salud reproductiva

Ciudad de México, 12 de febrero de 2022.- El uso correcto del condón es una herramienta eficaz para prevenir Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en la población, en especial el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), virus de papiloma humano (VPH) —precursor de cáncer de cuello uterino— y las hepatitis B y C, que pueden cursar asintomáticas hasta por 10 años, con riesgo de mortalidad, informó el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Pedro Zenteno Santaella.

En el marco del Día Internacional del Condón que se conmemora el 13 de febrero, implementado por la Fundación para el Cuidado del Sida (AIDS, por sus siglas en inglés), el responsable de la Clínica de VIH del Hospital General “Toluca”, Gustavo Durán Arias, señaló que el Issste, a través de sus servicios de planificación familiar y clínicas de VIH, promueve el empleo responsable de este método entre hombres y mujeres, tanto adolescentes como adultos; fomenta el cuidado de la salud sexual y reproductiva y contribuye a evitar embarazos no planificados y de alto riesgo, especialmente en la etapa de la pubertad.

El especialista en medicina integrada precisó que, para prevenir embarazos, el preservativo debe utilizarse simultáneamente con otro método anticonceptivo en la mujer que puede ser oral, inyectable, implante o parche. Para reducir el riesgo de rotura del condón durante las relaciones sexuales se puede recurrir a la aplicación de gel a base de agua.

Actualmente existen dos tipos generales de condones: masculino, hecho de látex, y, femenino, elaborado con poliuretano, ambos disponibles para todas las personas que lo soliciten desde la etapa adolescente y adulta, a través de los servicios de consejería y planificación familiar del Issste, que mantienen la confidencialidad y respeto a los derechos humanos.

Para aumentar la eficiencia preventiva del uso de los condones, el médico del instituto recomendó:
Revisar la fecha de caducidad al comprarlo y al usarlo. Lo recomendable es utilizarlos recién adquiridos.
Si un condón se ha traído consigo en la cartera, la chamarra o la mochila por varios meses, se recomienda desecharlo un año antes que caduque; la fricción continua con otras cosas lo puede dañar.
Al utilizar el preservativo, revisar que su empaque esté cerrado herméticamente, y abrirlo exclusivamente de las líneas dentadas que se ubican arriba y abajo para evitar perforarlo.
En el caso del condón masculino, al colocarlo cuando el pene esté erecto, verificar que la punta o receptáculo de semen no quede con aire, esto reduce riesgo de rotura.
Al momento de retirar los condones, tanto masculino como femenino, hacerlo con un pañuelo desechable o papel higiénico para evitar tener contacto de las manos con el semen o secreciones vaginales, con lo cual se evita el riesgo de que, al volver a tocar los genitales propios de la pareja, se transmita alguna enfermedad.
Gustavo Durán Arias explicó que las personas que deciden ejercer su sexualidad, tienen una primera etapa denominada sexo seguro, en la cual se desencadena una relación erótica través de besos y caricias y cuando llega el momento adecuado de practicar el sexo, es recomendable hacerlo protegido colocándose, en el caso de los varones, el condón.

La disposición actual de condones con sabores permite tener relaciones sexuales orales protegidas para no contraer infecciones de boca a genitales o viceversa, señaló.

En cuanto al uso del preservativo femenino, Gustavo Durán afirmó que éste ofrece a las mujeres la ventaja de su control y autocuidado. Siguiendo las instrucciones incluidas en el empaque, puede colocarse desde que salen de casa cuando planean tener un encuentro sexual con su pareja, ya que puede permanecer sin usarse en la cavidad vaginal hasta por 18 horas; una vez que se tiene una relación sexual debe ser retirado con los cuidados recomendados; en caso de que no se haya utilizado al transcurrir el tiempo señalado debe ser retirado y desechado.

Culturalmente y desde el punto de vista de la medicina preventiva, es prioritario orientar a las generaciones actuales y futuras en la importancia del autocuidado responsable de la salud sexual y reproductiva y de los elementos de protección a su alcance, concluyó.

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